Los filtros de habitáculo, también llamados filtros de cabina filtran el aire que se aspira directamente desde la carretera, y pasa a través de la ventilación o el sistema de aire acondicionado a la cabina del conductor. La mayoría de los coches modernos estén equipados con estos filtros, ya que no es sinónimo de lujo, sino de requisito de seguridad. El cansancio, las alergias, el lagrimeo o el trastorno de la respiración tienen un impacto negativo sobre los reflejos del conductor y pueden ser muy peligrosos para la seguridad vial. Estos síntomas están a menudo causados por los contaminantes que penetran en la cabina del conductor con el aire aspirado. La concentración de ciertos tipos de contaminantes depende de una serie de factores como la estación del año, las condiciones climáticas, nocividad de la industria local y la intensidad del tráfico. En los vehículos no equipados con filtros de habitáculo, la exposición al polvo del aire puede alcanzar un nivel seis veces superior al exterior, puesto que durante el funcionamiento del ventilador, la cabina actúa como un decantador.